Las proteínas animales fueron el empujón que necesitó el ser humano en su carrera evolutiva, sin tener tan en cuenta las proteínas vegetales. Sin embargo, esto no quita que la alta ingesta de carnes acompañada de un bajo consumo de vegetales y cereales, encima industrializados, ha generado muchos inconvenientes para la salud.
Por ello, y sin querer demonizar a las proteínas provenientes de los lácteos o de los animales, debemos aprender que una alimentación balanceada debe pasar por el equilibrio entre lo que obtenemos de las plantas y lo que obtenemos de los animales.
No obstante, cabe decir que uno de los principales inconvenientes que muchas personas observan en los aportes proteicos vegetales es la deficiencia en aminoácidos esenciales, como la cisteína o la metionina, la lisina o el triptófano, que pueden dar lugar a serias insuficiencias de vitamina B3. Sin embargo, esto tiene fácil solución combinando adecuadamente distintas fuentes de proteínas vegetales.
Alimentos vegetales con más proteínas cada 100 gramos
Los principales aliados en estos casos son las legumbres, que tienen altos índices de proteínas:
- Las lentejas y las habas secas son los granos que más proteínas contienen (25 y 27 gramos, respectivamente).
- Los garbanzos, los guisantes secos y las alubias tienen 22 gramos.
- Frutos secos como los piñones o el maní, con 30 y 22 gramos, respectivamente.
- Las almendras y los pistachos contienen 18 gramos de proteínas por cada 100 gramos.
- Las nueces (16 gramos) y las avellanas (13 gramos) son otras grandes fuentes de proteínas vegetales.
También existen cereales con gran cantidad de proteínas vegetales. Estos son la cebada, el centeno, la sémola y el trigo. Cabe destacar, por encima de todos, la soya, con 30 gramos de proteínas vegetales de cada 100.
Lo adecuado es combinar todas las fuentes proteicas vegetales en la dieta, para cubrir los requerimientos que necesita un cuerpo sano.
Una ventaja adicional de las proteínas vegetales es que son más fáciles de digerir, por lo que los problemas intestinales tienen a desaparecer, ayudando así al organismo a regular el sistema digestivo.